Una de las sagas que no podía faltar entre mis favoritas es la de Canción de Hielo y Fuego, más conocida como Juego de Tronos por culpa de la serie de televisión del mismo nombre. Empecé a leer la saga después de haber visto la primera temporada de la serie y he de reconocer que me alegro de haberlo hecho así. Me explico. Si hubiera leído primero el libro me habría enterado de más bien poco, e incluso me habría cansado de la lectura. Y es que el primer libro, Juego de Tronos, tiene muchos nombres, mucha historia, es muy denso. Bueno, ése y todo los demás de la serie, pero ahora estoy hablando de aquel primer contacto con los libros. Gracias a haber visto la serie antes, pude identificar mejor a los numerosos personajes y ponerles cara. Además, creo que salvo unas pocas cosas, la primera temporada es casi un calco del libro. El caso es que mi historia con esta saga fue así: primero vino la serie y luego el libro.
El libro que traigo hoy es el que más me ha gustado de todo lo que hay publicado en la colección hasta el momento. Con Tormenta de Espadas aluciné pepinillos de principio a fin. Para que os hagáis una idea los que sólo habéis visto la serie, esos dos momentazos que habéis visto hasta el momento, la boda roja y la boda púrpura, están en este volúmen. Pero la cosa no acaba ahí, porque todavía faltan cosas MUY impactantes de ese libro por salir en la serie. No os digo más.
En fin, yo hoy haré todo lo contrario a George R. R. Martin y será ser breve. Simplemente me queda recomendar la lectura de esta Canción de Hielo y Fuego a todos los que, seguidores o no de la serie, queráis disfrutar como nunca de la lectura de algo grandioso.
¡Hasta el próximo post!
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