Como casi todos ya sabréis, porque me he ocupado de pregonarlo a los cuatro vientos, el pasado 6 de octubre viajé a Barcelona para asistir por segunda vez a un concierto de Lady Gaga. Mucha gente se pregunta por qué me gusta esta artista, a lo que siempre respondo que es el trasfondo lo que me atrae. Todos sabemos quién es, continuamente aparece en las noticias por alguna nueva pomposidad que ha hecho.Por sus rarezas, vamos. Pero tras ese aspecto mediático para llamar la atención con sus vestidos, sus ocurrencias para promocionarse y sus miles de extravagancias, se esconde una pedazo de artista que no defrauda a sus fans. La mayoría de la gente sólo ve lo más superficial, que también es lo que más se encarga la muchacha de enseñar, pero si nos paramos a prestar atención a lo realmente importante, la música, creo que es una artista de 10. Canta bien, compone sus canciones, toca el piano y te pone los pelos de punta, sus letras son muy personales, cuida a sus fans, le da al público lo que éste pide. Como cantante puede a veces mostrar su lado más íntimo y personal y eso hace a veces que se cree una comunión perfecta entre ella y sus fans. Decía hace un momento que cuando toca el piano te pone los pelos de punta. Y es que es verdad. Quizás sean esos momentos íntimos al piano los que más nos gusten a todos. Prueba de ello es que en ambos conciertos a los que he ido esa ha sido la parte que más me ha emocionado. Ya saltaremos y bailaremos luego con sus temas más populares y cañeros, pero queremos que ese momento al piano no acabe nunca. En fin, que no quiero enrollarme más con este tema. Me gusta porque es una buena profesional, más allá de lo que las apariencias transmitan, porque éstas engañan. Y si alguien no cree lo artistaza que es, prueba de ello es lo que os voy a contar ahora.
Esta vez íbamos un poco más tranquilos, habíamos pillado entradas VIP que nos permitirían entrar antes y a una pre-party, sin los agobios de las colas, la espera o el cansancio de estar de pie. Repetiría una y mil veces lo de la experiencia VIP, porque desde luego que disfrutamos como tontos. A las 6:45 más o menos nos dejaron entrar al recinto. Una alfombra roja nos recibía. Al fondo, una mesa para recoger nuestras acreditaciones, que nos permitirían entrar y salir de la zona de fiesta cuando quisiéramos. Subimos las escaleras siguiendo la alfombra y nos esperaba arriba un camarero con copas de lo que parecía ser cava. También había sendas mesas con snacks para ir picoteando. Y todo ataviado con globitos. Si, aquello era una fiesta para nosotros, con dj incluido que iba pinchando temazos. No hace falta que os diga que nos hicimos miles de fotos con todo, pues nos embargaba la emoción, aunque era más una combinación de eso y los nervios por el concierto que vendría después. Estábamos detrás del escenario y veíamos como poco a poco el Palau de Sant Jordi se iba llenando de fans con las mismas ilusiones que nosotros. Mientras, los teloneros iban tocando y haciendo la espera más ligera.
Y llegó le momento. Habíamos tomado asiento en nuestra grada, una grada a pie de pista en la que veíamos todo el escenario genial. Llevávamos un tiempo allí sentados, haciendo la ola con las miles de personas allí congregadas, gritando de emoción cada vez que salía el anuncio del perfume de Gaga y pidiendo que saliera ya. Se retrasó casi 15 minutos de la hora prevista, pero poco importó porque cuando llegó lo hizo a lo grande. Se apagaron las luces y empezó a sonar la música. Un espectacular castillo hizo su aparición ocupando todo el escenario, una imagen que imponía muchísimo. En unos segundos saldría ella y no de cualquier manera, sino a lomos de un gigantesco unicornio, muy majestuosa; y se arrancaría a cantar la primera canción de la noche, Highway Unicorn.
Hace ya dos semanas de eso y no recuerdo muy bien el orden de las canciones. Fui al concierto sin haber visto ningún video o foto de los conciertos anteriores de la gira porque quería sorprenderme con todo lo que iba a hacer, y así fue. Desde ese momento en el que sale literalmente de una vagina gigante que colocó enmedio del escenario para cantar Born This Way hasta el apoteósico final con Marry the Night, todo me sorprendió para bien. No paró de bailar en todo momento, marcándose a veces unas coreografías de impresión, como cuando interpretó Schiebe. Por supuesto tuvo también ese momento sentimental al piano, un piano que esta vez había instalado en una moto enorme. Y hablando de motos, durante una canción salió ella acostada en una moto, emulando así la portada del disco en la que ella es una moto. Aquí también se convirtió en esa moto. Sé que todo lo que aquí estoy poniendo pueda ser un poco vulgar o extraño para algunos, pero tened en cuenta que la muchacha ha planteado todo el show para los fans. Por eso lo que puede parecer una gilipollez ("¿ella disfrazada como una moto?") en realidad es algo de agradecer para nosotros, que lo consideramos todo un puntazo. Otra cosa que considero genial es que a la chica se le rompió el sujetador durante una actuación y se puso una camiseta del Barça que no se quitó durante varias actuaciones más. La chica, con todo el salero del mundo, nos contó el percance. En resumidas cuentas, todas y cada una de sus actuaciones fueron a lo grande, a pesar de los inconvenientes.
Y ya que hablo de inconvenientes, sí, voy a hablar de la vomitona que se pegó, no voy a esconderlo. Pero hay un "PERO". Sí, es cierto, vomitó en la penúltima canción, cosa de lo que se han hecho eco rápidamente en todo internet e incluso televisión, PERO me parece un hecho aislado que no empañó en absoluto el concierto entero. Está claro que la gente sólo va al morbo y en este caso el hecho de que vomitara resulta hasta cómico. PERO no todo el mundo estuvo allí. Os puedo asegurar que no nos dimos cuenta de nada. Tan sólo la gente de las primeras filas la vió vomitar, PERO la chica no paró de cantar ni bailar en ningún momento. Fijaos si lo disimuló bien que sólo cuando una amiga que estuvo en primera fila nos lo contó, nos enteramos. Sí es verdad que la última canción, esa en la que ya se desata y lo da todo, nos pareció un tanto floja. Su gran profesionalidad hizo que no nos fuéramos de allí con mal sabor de boca. Se puso mala al final, sí, pero lo disimuló bastante bien. Estuvo toda la noche entregada, bailando sin parar, cantando sin desafinar, hablando con nosotros y transmitiendo sus agradecimientos. En definitiva, dándonos lo que queríamos ver. Increible.
Como no quiero extenderme más y esto no es una crónica, sino más bien una pequeña reseña del concierto, me despido dejandoos unos cuantos vídeos que grabé con mi cámara. Sin duda volveré a verla una tercera vez cuando vuelva a España dentro de X tiempo, merece la pena disfrutarla actuar en directo.