En unas horas despediremos el año y, antes de meterme en los jaleos de la cena de esta noche y demás trajines, voy a hacer balance.
En general este 2013 ha sido un buen año, aunque podría haber sido mejor. No me puedo quejar, he hecho muchas cosas, me lo he pasado genial, he medio cumplido mis propósitos para el año, he conocido a mucha gente y no ha habido malos momentos, algún bajoncillo que otro, pero nada importante. Decía que podía haber sido mejor de haber tenido otras cosas como trabajo. Parece que cuando empiece este nuevo año trabajaré de lo mío antes o después, pero de momento en este 2013 no ha habido suerte. Eso sí, me han salido alumnos particulares hasta de debajo de las piedras y estoy muy contenta por ello, porque significa que lo estoy haciendo bien con ellos y les gusta lo que hago. Además, es una estupenda manera de seguir ejerciendo de profesora y poder enfrentarme a aspectos didácticos nuevos. Tengo un alumno que me plantea unas preguntas metalingüísticas bastante buenas, cuestiones que nos hacen a mí y a él reflexionar un poco sobre la lengua inglesa e incluso la española, y eso me encanta. No creo que hayáis entendido nada, pero sé lo que digo y me vale a mí jajaja. Resumiendo, el trabajo vuelve a ser algo que se nota para bien y para mal. Para mal porque no lo hay y para bien porque me ha permitido hacer otras cosas como las clases particulares y me lo estoy pasando en grande.
Tiempo libre a cascoporro, eso es lo que he tenido por no trabajar. Pero me lo he montado muy bien para aprovecharlo al máximo. Una de mis metas era hacer ejercicio y perder peso. Lo conseguí. Si el año anterior había perdido 12 kilos, en este 2013 perdí 8, aunque tardaron más en ir quitándoseme de encima. Eso hacía un total de 20 kilos, aunque ahora tengo que decir con la boca pequeña que algunos he recuperado desde el verano hacia este tiempo, a los que hay que sumar los de las navidades, que por mucho que uno diga que no, los coge. En total son 4 kilos de más desde el verano que me voy a encargar desde mañana mismo de quitarme cuanto antes. Pero no sigamos por estos tercios, volvamos a lo importante: ¡perdí 8 kilos! Y es que durante este año no he parado. Caminatas por la mañana bien temprano, subidas al Castillo, escapadas para ir a andar con amigas (he ido a las Lagunas de San Pedro, las Lagunas de Torrevieja, a fuertes de la Guerra Civil por Cartagena, al Faro del Albir, etc), en Hogueras me he recorrido Alicante entera para visitar los monumentos de categoría especial, el Día Internacional de los Museos estuvimos más de 5 horas andando sin parar para vernos TODOS los museos de la ciudad, cuando fuimos a Newcastle andamos y andamos durante horas para visitar las cosas, etc. Además de todos estos paseos a pata, hemos jugado al baloncesto (también este año he ido a ver mi primer partido de basket del Lucentum! me lo pasé en grande) e incluso al pádel. Vamos, ya de leer esto deberíais perder un kilo todos por sujestión psicológica o como se llame eso.
He mencionado Newcastle. Ese fue sin duda el viaje del año y uno de los que mejor vamos a recordar siempre porque fue genial. ¿Os podéis creer que antes de que llegáramos nosotros hacía un tiempo horrible (nos tuvimos que llevar los abrigos), que durante nuestra estancia hizo un sol abrasador (sol! en Inglaterra!) y que cuando nos fuimos después de una semana había hasta niebla y frío? Íbamos dispuestos a sufrir las inclemencias del tiempo inglés y disfrutamos de unos días estupendísimos que nos permitieron hacer cosas que no estaban planeadas para nada. Por ejemplo, uno de los últimos días hicimos una barbacoa tremendísima en el parque que había cerca de la casa de nuestros amigos. O fuimos a un pueblecito costero y nos recostamos sobre un muro y el césped para tomar el sol. Nos lo pasamos genial. Ese viaje está a la altura del que hice a Liverpool hace unos años.
Muchas más cosas geniales he hecho este año, como por ejemplo, visitar la fábrica de Playmobil, ayudar a una anciana, leer montones de libros, acudir a las reuniones del club de lectura, ir a muchas exposiciones chulas, celebrar una fiesta muy chula de Halloween, ir a museos en los que nunca había estado, retomar las clases de francés en la Escuela de Idiomas, juntarme mucho más con la familia y estar más unidos, coger pinturas y cartulinas y hacer manualidades, escribir en este blog con un poquito más de asiduidad, abrir un blog con mi hermano sobre la ciudad de Alicante (al que debemos darle caña en este 2014 porque lo tenemos abandonado), he conocido a gente estupenda en Twitter, he participado en un cashmob, me he apuntado a un curso super friki en la universidad y he aprendido muchas cosas, he visto series y pelis que son grandes obras de arte, etc. Seguro que me dejo muchas cosas que ahora no me vienen a la cabeza. La cuestión es que he ido haciendo cosas nuevas, que cada vez me siento más lanzada y menos tímida. Por ejemplo, la semana que viene empezaré las clases de taichí. Me apunté hace varios meses, liándome la manta a la cabeza y echándole un par a eso de ir sola a dar clases de algo que nunca he hecho.
En fin, creo que voy a cambiar mi premisa inicial en la que decía que podia haber sido mejor. No, no podía haber sido mejor. Ha sido un 2013 perfecto y genial. Se ha echado en falta el trabajo, pero no he parado quieta. Sí, definitivamente he cambiado de opinión conforme escribía este balance. Que se quede como está, que este 2013 ha sido impecable. A ver qué me depara este nuevo año. Que paséis buena noche y nos vemos el año que viene! :)
Foto tomada el día 2 de enero de 2013, nos fuimos bien temprano a subir el Castillo |