domingo, 26 de diciembre de 2010

Mañana es el gran día

Debería aprovechar estas horas de la mañana para ponerme a hacer las maletas, porque esta tarde estaré en un cumpleaños y no voy a llegar hasta la noche a casa. Sin embargo, tan sólo me apetece sentarme a descansar la mente un rato, porque me asoma la histeria y el nerviosismo de tanto en tanto y necesito serenarme. Es por eso que he pensado sentarme aquí delante del portatil y escribir, escribir acerca de este viaje y lo que para mí significa.


Para quien no lo sepa, mañana marcho a Irlanda una semana a pasar la Nochevieja. Hace tres años marché a aquellas tierras a vivir durante casi 10 meses, con una beca Erasmus. No hace falta que os diga lo bien que me lo pasé allí porque es algo evidente. Regresé a España en el verano de 2008 y desde entonces no he vuelto. He visto cómo la gente a la que conocí allí ha ido varias veces a nuestro querido pueblo, Maynooth, o ha caminado por las calles de Dublin. Yo mientras me he quedado aquí, conformándome con luego ver las fotos de esos viajes y escuchar las historias que me contaban. He de confesar que todo ello lo hacía con una envidia tremenda y, algunas veces, hasta con pena producida por la nostalgia. Pero eso va a cambiar, porque ahora sí. Ahora sí que ha llegado mi momento, por fin voy a volver. Para mí esto es como un sueño que no me voy a empezar a creer hasta que no esté allí. Caminar por los mismos sitios por los que antes caminaba, tomarme una pinta en los pubs de siempre (miento, en EL pub de siempre, mi querido Roost), ver algunas caras conocidas, ir a las mismas tiendas, comer en los mismos sitios... todo va a ser especial, como ya lo fue en su día, pero ahora mucho más porque va a ser como un sueño hecho realidad. El recuerdo va a volver a cobrar vida, va a ser todo de verdad. Las lagrimillas van a ser inevitables, sobretodo el día 31, que será cuando volvamos a nuestro querido pueblo. Veré algunas cosas cambiadas, pero todo va a resultarme igual de familiar que siempre.


En fin, esto es lo que se me pasa por la cabeza a día de hoy, por eso creo que mis maletas corren peligro, porque no me estoy concentrando en ellas y algo me voy a dejar sin querer. Pero da igual, como si me dejo el pijama, voy a estar tan sumida en esa emoción que me va a dar igual todo. Y bueno, porque no os he mencionado aun la compañía, pero voy con unas personas que valen millones. Toda una mezcla explosiva para hacer de este viaje algo inolvidable. ¡Qué ganas de que llegue mañana!
Sólo me queda desearos a todos un feliz año nuevo y que aguardéis a mi vuelta, que os contaré todo, todo y todo :)

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