De nuevo, inspirada por las imágenes que salieron al tirar los dados, he escrito un breve relato. Espero que os guste. Está un poco cogido con pinzas porque esta vez quise usar todas las imágenes. En fin, ya me diréis qué os parece :)
¡Hasta el próximo post!
Todo lo que subía bajaba en una trayectoria perfecta. Las flechas que se clavaron en mi pecho la primera vez que te vi. El telón en aquella obra de teatro que vimos en nuestra segunda cita. La dirección de esa calle por la que solíamos pasear cogidas de la mano. Todas las lunas que contemplamos hasta que el sol empezaba a asomar por el horizonte. Los aviones de papel con los que lanzábamos nuestros mensajes al mundo. Los dados que tirábamos al apostar por lo nuestro. Porque lo que había al final del arcoiris brillaba como el oro. Queríamos caer, que la adrenalina del salto recorriera nuestros cuerpos por siempre. Pero de aquello ya no queda nada. Bajó tan profundo que un día nos cansamos de caer. La última bajada fue la del tono de nuestra pregunta... ¿por qué? Nuestro rumbo dió un giro de 90º y empezamos a caminar en línea recta, cada una en una dirección. Aun sigo caminando, dándome de bruces con puertas cerradas y muros. Pero no pierdo la esperanza de encontrar una escalera para volver a subir.
¡Hasta el próximo post!
Simplemente, genial.
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