lunes, 30 de septiembre de 2013

Breaking Bad: Un final jodidamente perfecto


Normalmente, antes de emitir un juicio sobre alguna serie y su final, dejo un tiempo de reposo que me ayude a comprender y asimilar lo que he visto. Los finales no siempre se ajustan a nuestras expectativas, no puede llover a gusto de todos. Los minutos previos a su visionado son de puro nervio, estamos intranquilos, con miedo a que nuestra serie favorita no acabe como esperábamos. Sucede en otras ocasiones que no comprendemos del todo qué ha pasado al final y necesitamos tiempo para recapacitar. Pero hoy no voy a concederle al final de la serie de la que os vengo a hablar esa tregua, ese valioso tiempo que ayuda a que sea generosa en mi juicio. Acabo de terminar de ver Breaking Bad y, aunque estoy entre apenada y eufórica por lo que acabo de ver, ya sé cuál es mi postura frente a su episodio final, no me hace falta pensar nada. 

Como pasa con todas las cosas, obviamente lo que diré aquí no será compartido por algunas personas, es mi opinión y es tan respetable como la de los demás, aunque creo que el porcentaje de seguidores que estará de acuerdo conmigo será bastante alto. De hecho, ya he podido leer comentarios en las redes sociales y llueven más aplausos que pegas. En fin, a lo que voy. ¡Ah! Y recuerdo que todo lo que viene ahora es un SPOILER brutalísimo, que nadie lo lea sin haber visto el final o lo lamentará.

Ya os hablé el otro día de Breaking Bad. Podía haberme extendido más y hacer un análisis minucioso, pero no lo hice ni lo voy a hacer, se lo dejo a los expertos. Por lo tanto, vuelvo a recalcar que esta serie es una auténtica obra de arte. Su fotografía, los escenarios, los diálogos, su trama, sus referencias ocultas, sus personajes... todo, todo ha sido perfecto. La serie se ha ganado a pulso estar entre las mejores, ser recordada por su maestría. Podría pasarme el día elogiándola, pero quisiera hablar hoy de su episodio final. 

El capítulo tenía por nombre "Felina". Sangre, Metanfetamina y Lágrimas las ha habido. Ha sido un episodio perfecto, jodidamente perfecto, para expresarlo con más fuerza. Ha cerrado las tramas que había abierto con todos los personajes. Para ser más correcta, en realidad ha sido su protagonista, Walter White, quien se ha encargado él solito de cerrar todas esas tramas que él mismo había comenzado. Como ha reconocido en un diálogo que me ha puesto los pelos de punta, en realidad no ha hecho todo lo que ha hecho por su familia, sino por él mismo, porque se sentía vivo, porque era alguien. Esa frase ha sido todo un momentazo. Si en el episodio de Ozymandias veíamos cómo se daba cuenta de que había perdido a su familia, aquí ha terminado comprendiendo que, por mucho que lo dijera, tan sólo era una excusa para encubrir su egoísmo. Me encanta cómo Walt ha pasado de ser un enfermo de cáncer sin esperanzas y un don nadie, a sentirse lleno de vida y ser alguien muy importante dentro de ese mundo que él se había buscado. 

Siguiendo con lo que decía, las tramas se han cerrado de una manera perfecta. Y es que, ¿cómo podía acabar una serie sobre una droga revolucionaria? Acabando con ella. Ya no habrá más cristal azul, así que ya no habrá más Breaking Bad. Y para que no haya cristal azul, tampoco puede haber un Heisenberg, ni los matones que se encargaban de controlar el negocio. Pero sí hemos tenido una persona expiada y libre de pecado. Jesse ha huído y lo entendemos, de hecho, así lo queríamos. Ha sido co-responsable de la creación del cristal azul y todo lo que eso ha conllevado, pero ha sabido reconocer sus errores, lo hemos visto mal al comprender el alcance de lo que había hecho, lo veíamos más sentimental cuando a Walt lo movía el egoísmo por salvar su propio cuello. Merecía escapar de esta vida de mierda, merecía no ser esclavo del cristal azul. Otro punto a favor de este final.

Por otro lado, todos aquellos que de verdad han querido lucrarse a costa de Walter White ninguneándolo han recibido su merecido. No saber respetar a quien es poco más que el dios de la droga ha sido un gesto que les ha salido caro. Aunque he de decir que Walter lo ha hecho, no sólo por despecho, sino por ponerle fin a lo que se le había ido de las manos. Si yo me voy, todo esto cae conmigo, y así ha sido. Lo ha planeado todo a la perfección. Incluso, sabedor de que no saldría de allí, ha dejado arreglados otros asuntos. Se ha despedido de su familia en una escena que me ha tenido con un nudo en la garganta, le ha dado sepultura como se merece a Hank, personaje que no merecía acabar enterrado en la inmensidad del desierto; ha dejado dinero para su familia de forma que ellos no sepan la procedencia real de ese dinero y así lo acepten, e incluso se ha despedido del laboratorio de una forma muy poética. Entre alambiques, bidones y demás aparatos de laboratorio empezó esa aventura "culinaria" (por aquello de "cocinar") y entre ellos ha muerto, feliz. Aun me emociona recordar esa escena final en la que toca un bidón, lo deja manchado de sangre y cae al suelo muerto. Pura poesía para los ojos.

En fin, poco más que decir. Me ha parecido tan perfecto que tenía que venir aquí a escribir sobre ello. ¿Qué os ha parecido a vosotros? Por cierto, no he llorado, mi última sensación ha sido de alegría. La música que acompañaba a ese plano con Walt muerto y el hecho de que estuviera sonriente no me han dejado llorar. Estaba más eufórica por haber visto un final tan jodidamente bueno, que no me ha dado tiempo a sentir pena. Ésta ha venido antes de empezar a ver el episodio, por aquello de que se acababa la serie. Y como ahora sigo en una nube, de alguna manera aun no soy consciente de que ya ha terminado todo. Supongo que mañana sentiré pena. Gran serie, gran final. Un aplauso.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Breaking Bad o las series bien hechas

Cuando las cosas se hacen bien, se obtienen buenos resultados. Si nos fijamos en la ficción televisiva, hay un gran número de series que nos gustan, pero muy pocas de ellas son tratadas como se merecen. Estoy cansada de ver series que empiezan muy bien, me enganchan, pero van perdiendo por el camino, un camino largo y a veces tortuoso. 

El dinero mueve el mundo, no es ninguna novedad, pero las cadenas de televisión deberían darse cuenta de una vez por todas de que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Por poner un ejemplo reciente, sigo Como conocí a vuestra madre desde hace tiempo. La serie plantea esa búsqueda por parte del protagonista de la que será su futura esposa y madre de sus hijos. Puede que tarde toda una década en encontrarla, pero el espectador no tiene por qué sufrirla. Para algo existe la elipsis temporal, para poder ofrecerle al espectador ese largo periodo de tiempo en una síntesis mucho más corta. Creo que llevamos 8 años ya y hay que dar gracias a que esta sea ya su última temporada. Algunos como yo vamos a llegar hasta el final porque ha significado mucho para nosotros, pero ha perdido fuelle hace ya tiempo y nosotros, el interés. Y como esta serie, hay muchas que han sufrido esos injustos estirones a los que las han sometido las cadenas para lucrarse sin importarles la calidad de lo que ofrecían. Saben que la gente las va a seguir viendo, son sus gallinas de los huevos de oro, pero ofrecen juguetes rotos más bien. Otro ejemplo que me viene a la mente es Dexter, recientemente terminada (me falta ver el último episodio). Ha perdido mucho y, aunque se ha despedido con récord de audiencia, ha sido precisamente por eso, porque los seguidores de siempre le debían un cierto respeto, pero no porque lo que estaban viendo fuera realmente bueno. En fin, este es un gran problema al que se enfrentan muchas series. El chicle se estira y se estira y llega un momento en que se rompe. Pero vamos ahora al caso contrario, el de las series que sintetizan y ofrecen calidad desde el principio y hasta el final, sin decaer en ningún momento, series que no han sufrido esa tiranización de las cadenas de televisión. Y voy a ejemplificar esto con la serie que me ha traído hoy aquí: Breaking Bad. AVISO: todo lo que viene ahora es un SPOILER en su totalidad, así que si no habéis visto la serie, tan sólo deciros que os la recomiendo encarecidamente y que es de las mejores que he visto nunca, pero dejad de leer si no queréis enteraros de cosas.

Este domingo emitirán el episodio final, pero no me hace falta esperar a verlo para emitir mi juicio. Creo que hay motivos más que suficientes para bautizarla como una serie de culto, para colocarla entre las mejores series de la historia. Cinco temporadas que conforman toda una obra de arte. Desde que empecé a verla en sus inicios, montones de veces he rogado a la gente que la viera. Porque sí, porque merecía la pena y mucho. Jamás habría imaginado engancharme tanto a una serie de este tipo, de drogas, polis, delincuencia y otras cosas similares. A priori la sinopsis no es muy espectacular. Un tipo, un don nadie, profesor de química en un instituto, que decide hacer metanfetamina para ganarse un dinero porque tiene cáncer y no quiere dejar a su familia con deudas y sin un duro. Resulta interesante, pero tampoco es nada del otro mundo... hasta que conoces a Heisenberg. Esa transformación de Walter White en Heisenberg es toda una poesía para nuestros ojos. A partir de ahí, la serie nos regala montones de momentos e imágenes que son ya icono del mundo televisivo. El cristal azul, los Pollos Hermanos, ese Gus con media cabeza destrozada que se coloca bien la corbata por última vez, ese Héctor Salamanca tocando el timbre de su silla de ruedas, ese osito de peluche flotando en la piscina de Walter que nos hacía temer lo peor, ese "better call Saul", ese momento en el que el cuñado lo descubre todo mientras está cagando en el váter, etc. Todos y cada uno de los detalles en esta serie han sido premeditados. Recientemente leí sobre el uso de los colores en todo lo que hacen. Que los personajes vistan de una determinada manera en un momento determinado no es casual. Que los elementos que los rodean sean de determinados tonos de color, tampoco es casual. Incluso el que se empleen colores en los apellidos de algunos personajes, tampoco es casual. Y para rematar ya del todo esta genialidad, que el episodio final se llame "Felina" no es tampoco casual (más abajo os lo cuento, para que os caigais de culo)

Ya desde sus inicios veíamos que no se trataba de una serie normal. Ese momento en el que ese cabeza de familia que sólo pretende darle a su familia una estabilidad económica en su ausencia mata a un camello para que no le delatase, es demencial. Y ver cómo se deshacen de su cadáver con ácido en un barril como si fuera lo más fácil del mundo es ya tremendo. Si con eso no te quedas con el culo torcido y decides darle una oportunidad a la serie porque las cosas pasan de castaño oscuro, no sé qué más plantear. Esa crueldad y frivolidad tratada de tal manera que el espectador simpatice con el delincuente que la está cometiendo es para darle un premio a los guionistas. ¡Si hasta incluso querríamos probar ese cristal azul como si fuera un caramelo!

Muchas más cosas han ido sucediendo en el camino, el del ascenso de nuestro protagonista (lo siento, aunque Jesse Pinkman es también pilar fundamental, para mí la pareja Walt-Jesse no trasciende más allá de la cuarta temporada, creo que el peso de toda la trama recae sobre un único personaje, Walter White a.k.a. Heisenberg). Su paso de ser un don nadie a ser quien lo domina todo (aunque algunas cosas se escapan a su control) es brillante, es lo que más me gusta de la serie. Y en este sentido, el capítulo de la semana pasada, Ozymandias, me pareció sublime. Creo que es el capítulo clave de esta serie. Walter White alega proteger a su familia y se convierte en un delincuente. Eso no puede salir bien se mire por donde se mire. Y en dicho episodio vemos cómo todo lo que ha creado de la nada, ese imperio que ostenta, se deshace y se queda en nada porque su familia le da la espalda. Los ha perdido, ergo ha perdido en este juego en el mundo de las drogas. Todo se desmorona porque lo que él pensaba que era el pilar fundamental de su imperio, en realidad no lo es. No lo ha sido nunca y nunca lo será. 

Decía antes que el episodio final se llama "Felina". Agarraos que os vais a caer de la silla con las teorías que circulan por la red acerca de este título. En las series, cuando llega el último episodio, lo llaman siempre "finale", por lo tanto "felina" sería un anagrama de esa palabra, le han cambiado las letras de sitio. Otra teoría apunta a una canción sobre un cowboy y su amor por una mujer llamada Felina. Al parecer Walter sería ese cowboy, quien muere al regresar a casa en brazos de su Felina. ¿Será eso cierto y morirá en brazos de su amor ahora que vemos que va a volver a casa tras haberse escondido? Por último, Fe, Li  y Na  son tres elementos químicos: Hierro, Litio y Sodio. Muchos los traducen como Sangre, Metanfetamina y Lágrimas, respectivamente. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Viene o no viene cargadito de detalles este último episodio? Me muero por verlo.

En fin, no sé cómo quiero que acabe la serie. Me encanta el personaje de Walter White, con sus virtudes y sus defectos, pero no sé si me importaría que acabara bien o mal. Creo que los creadores de la serie nos van a dar un buen final y que si a priori no nos gusta, el tiempo nos ayudará a entenderlo. La serie ha ido por muy buen camino, han sabido hacer muy bien las cosas, así que no creo que nos decepcionen en este último episodio. Porque como he dicho antes, las cosas bien hechas, al final salen como uno desea. 

¡Hasta la próxima!


domingo, 1 de septiembre de 2013

Septiembre con mayúsculas

Estamos en Septiembre, señores. Sí, ya sé que en español no se escriben los meses del año en mayúscula, manías que a una se le pegan del inglés...o no. Creo que este es un mes destacado entre los doce que hacen el total del año y me apetece escribirlo así. 

Se acaban las vacaciones, comienza la vuelta al cole, al trabajo y a esa rutina de la que nos hemos alejado durante el verano. De nuevo empieza todo y de una forma un poco brusca. Agosto nos acomoda y nos hace olvidar el paso del tiempo, pero hay que volver a la realidad. Este año la vida nos regala un día más de descanso, pues hoy día 1 es domingo, muchos no tienen que cumplir aun con esas obligaciones propias de este mes. Por tanto, disfrutemos de este día que sabe a vacaciones de verano todavía y ya nos ocuparemos mañana lunes día 2 de meternos de lleno en la rutina de siempre.

De momento puedo decir que este ha sido un gran verano. Aunque ha habido momentos de ganduleo en casa, no han sido muchos. Han sido más las veces que he estado paseando, visitando lugares nuevos, saliendo de Alicante, yendo a tomar algo fresquito, quedando con los amigos, etc. Sí es cierto que la playa no la he pisado y la piscina en pocas ocasiones, pero uno no tiene que hacer esas cosas para sentir que está disfrutando a tope del verano. La sensación que tengo en este día de hoy es muy positiva, así que con eso me quedo. 

Ahora toca mirar hacia delante. Empieza un nuevo curso que espero sea mejor que el anterior. Ya os conté que el curso pasado no trabajé, a ver si este año me llaman de mi bolsa de trabajo. Y si no, a seguir con las clases particulares y demás cosas que vayan surgiendo. Tengo muy claras mis metas y, sobretodo, tengo muy claro que voy a disfrutar de todo, sin dejar que el pesimismo asome. De momento, este día 1 me lo he tomado con muchas ganas. Me he puesto las pilas esta mañana temprano y hemos salido a dar un paseo. Desde luego que madrugar tiene recompensas como esta: ver Alicante amanecer. Además, el aire de la mañana nos ha sentado bien para ir tramando cosas de cara a un nuevo proyecto que en breve empezaremos mi hermano y yo. Pronto sabréis de qué hablamos. En fin, que no son ni las 10 de la mañana y ya estamos aprovechando desde el primer momento los días de este Septiembre con mayúsculas.


Fin de la cita...digo, del verano!