Mañana celebraremos la fiesta de Halloween de este año 2012 y estamos todos muy liados preparando cosas. Ya os hablé en su día de la fiesta del 2010 en este post (haced click en el enlace para verlo), pero no os había dicho nada aun de la fiesta del año pasado, que fue incluso mejor que la anterior. Así que aquí estoy para, más que hablar, enseñaros algunas fotos de la decoración, disfraces y comida. Estoy convencida de que este año nos vamos a superar, pero eso ya lo contaré en otro post.
DISFRACES
Comienzo enseñándoos de qué íbamos disfrazados. En las fotos veréis a un ángel caído, un enterrador, a Raptor-Jesús, un mortígafo, el travesti de The Rocky Horror Picture Show y a una servidora disfrazada del Doctor Facilier, el malo de Tiana y el Sapo (bueno, me inspiré en el personaje). (SI HACÉIS CLICK EN LAS FOTOS, LAS VERÉIS MÁS GRANDES)
Como mi personaje era un charlatán medio brujo, se me ocurrió hacer carteles con mi foto para anunciarme y los fui pegando por toda la casa. Podréis ver en estas fotos ya de paso la decoración de la casa
DECORACIÓN
Las fotos hablan por sí solas. En las anteriores habréis podido ver que forramos todas las paredes de negro con bolsas de basura y pegamos algunos adornos. También tapamos la chimena con bolsas negras y pusimos unos pies de bruja dentro de la chimenea, colgando, y arriba una cabeza de bruja que sobresalía. Creedme que con las luces apagadas y alumbrada por las velas, esa bruja da mucho miedo.
En una de las paredes habréis podido observar unos cuadros pequeñitos, como retratos. Pues bien, son retratos mortuorios, de esos que se hacían antiguamente cuando alguien moría. Al muerto lo vestían con sus mejores ropas y le hacían una foto sentado o tumbado. En la película de Los Otros salen fotos de esas. Pues bien, los de las fotos somos nosotros. Cada uno en su casa se hizo una foto de ese tipo como pudo. Dan bastante mal rollo. Todavía recuerdo cuando fui a la tienda a revelar las fotos, lo mal que me miró la dependienta y la prisa que tenía por despacharme... jajajajaja.
También montamos un pequeño cementerio con nuestras lápidas.
COMIDA
La comida es imprescindible traerla decorada. He aquí el menú del año pasado:
Esto lo preparé yo. Era una calle zombie (nosotros éramos los zombies) y en los edificios fui poniendo la comida. En el Hotel Croquet Palace había croquetas, en el taller Empanadillo e hijos había empanadillas, en la iglesia de St Jacob había san jacobos, en la tienda de varitas Olivander's había varitas de merluza y en el parque de los Olivos había aceitunas. También hice un hospital con una caja de zapatos y al abrirla encontrabas la Sala 2 y estaban los saladitos (¿lo pilláis? ajajajjaja). Me quedó todo muy cutre, pero bueno, la intención es lo que cuenta.
Los demás prepararon las siguientes cosas:
Mini pizzas de vampiro
"Chichi de puta"
"Cojones de licántropo" y de postre flan de turrón en forma de cerebro, cupcakes y....
...un tiramisú con nuestras tumbas
Pues nada, hasta aquí una breve vista de lo que hicimos el año pasado. Como ya he dicho antes, mañana tenemos la fiesta de este año. Nos superaremos, seguro. Pero esa es otra historia y ya os la contaré.
El destino a veces quiere crear las ironías más grandes para reirse luego de ellas. En este post la muerte anunciada a la que me refiero no es la de la novela de García Marquez, que también tiene algo que ver, sino la del club de lectura de la universidad al que me apunté.
Veréis, me matriculé en el club tal y como hice el año pasado. En la programación del curso constaba la lista de libros que leeríamos durante el año. El primero de todos ellos y que debíamos leer antes de la primera reunión era precisamente Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. Unos días antes de dicha reunión recibí un e-mail del profesor del curso: había sólo 6 personas matriculadas y, de no cambiar la situación de la noche a la mañana, se cancelaría el curso. Dicho y hecho, el día antes del curso recibí de la Oficina de Cultura de la UA la notificación de la cancelación. Una muerte anunciada. ¿Entendéis ahora la ironía?
Y aquí estoy, sola, dispuesta a contar mi humilde opinión sobre la novela a quien se moleste en leer estas líneas. Porque sí, la leí. Compré el libro tarde, pero como era una lectura fácil y rápida, lo acabé pocos días antes de que comenzara el club. La desolación no fue mayúscula porque por lo menos pude descubrir un buen relato, de esos que no dejan indiferente a nadie.
El título de la novela no está puesto para lucir y que haga bonito, es la pura verdad. Lo que en él se anuncia se nos cuenta ya en las primeras líneas del libro: Santiago Nasar va a morir. De hecho, al acabar el primer capítulo ya habrá muerto. No nos coge de sorpresa, ya lo sabíamos, aunque a mí personalmente me impactó lo directo de la acción, no esperaba que el relato fuese tan al grano de buenas a primeras. Por eso quiero dejar claro que con estas palabras no estoy spoileando el libro a nadie. No es la típica situación de "al final el protagonista muere", no. Aquí muere al principio. Es más, es sobre su muerte donde se va a construir toda la novela, es el eje central. Siendo esto el punto de partida, la novela se articula en torno a las circunstancias que han dado lugar a este asesinato.
Llegados a este punto, no quiero contar más detalles de la novela por si alguien quiere leérsela. Tan sólo decir que me ha tenido muy entretenida. No había leido antes nada de García Márquez y ahora veo que me encanta su estilo. Mi padre tiene todas sus novelas en casa, así que iré poco a poco leyéndolas. Esta novela en concreto me ha gustado porque es sencilla, sin grandes pretensiones más que contarte cómo y por qué muere el protagonista; y porque está muy bien contada. No todas las historias, y más si son tan simples, consiguen encandilarnos. Hay que tener gracia para contar las cosas y sin duda aquí tenemos dosis de buen narrador constantemente. Fijaos si es así que, aunque sabes que Santiago va a morir, estás en tensión contínua por saber cómo se va a resolver el asunto. Una parte de tí sigue pensando que igual se puede salvar, aunque sepas que eso no va a ocurrir. No sé si me entenderéis, pero si los hechos no estuvieran bien contados, uno se limitaría a esperar a que sucedieran sin más. Tenerte en vilo se consigue con otra fórmula propia de un buen escritor. En fin, si no entendéis ninguna de mis palabras, os animo a que os leais la novela. Quizá así disfrutéis tanto como yo.
Como casi todos ya sabréis, porque me he ocupado de pregonarlo a los cuatro vientos, el pasado 6 de octubre viajé a Barcelona para asistir por segunda vez a un concierto de Lady Gaga. Mucha gente se pregunta por qué me gusta esta artista, a lo que siempre respondo que es el trasfondo lo que me atrae. Todos sabemos quién es, continuamente aparece en las noticias por alguna nueva pomposidad que ha hecho.Por sus rarezas, vamos. Pero tras ese aspecto mediático para llamar la atención con sus vestidos, sus ocurrencias para promocionarse y sus miles de extravagancias, se esconde una pedazo de artista que no defrauda a sus fans. La mayoría de la gente sólo ve lo más superficial, que también es lo que más se encarga la muchacha de enseñar, pero si nos paramos a prestar atención a lo realmente importante, la música, creo que es una artista de 10. Canta bien, compone sus canciones, toca el piano y te pone los pelos de punta, sus letras son muy personales, cuida a sus fans, le da al público lo que éste pide. Como cantante puede a veces mostrar su lado más íntimo y personal y eso hace a veces que se cree una comunión perfecta entre ella y sus fans. Decía hace un momento que cuando toca el piano te pone los pelos de punta. Y es que es verdad. Quizás sean esos momentos íntimos al piano los que más nos gusten a todos. Prueba de ello es que en ambos conciertos a los que he ido esa ha sido la parte que más me ha emocionado. Ya saltaremos y bailaremos luego con sus temas más populares y cañeros, pero queremos que ese momento al piano no acabe nunca. En fin, que no quiero enrollarme más con este tema. Me gusta porque es una buena profesional, más allá de lo que las apariencias transmitan, porque éstas engañan. Y si alguien no cree lo artistaza que es, prueba de ello es lo que os voy a contar ahora.
Esta vez íbamos un poco más tranquilos, habíamos pillado entradas VIP que nos permitirían entrar antes y a una pre-party, sin los agobios de las colas, la espera o el cansancio de estar de pie. Repetiría una y mil veces lo de la experiencia VIP, porque desde luego que disfrutamos como tontos. A las 6:45 más o menos nos dejaron entrar al recinto. Una alfombra roja nos recibía. Al fondo, una mesa para recoger nuestras acreditaciones, que nos permitirían entrar y salir de la zona de fiesta cuando quisiéramos. Subimos las escaleras siguiendo la alfombra y nos esperaba arriba un camarero con copas de lo que parecía ser cava. También había sendas mesas con snacks para ir picoteando. Y todo ataviado con globitos. Si, aquello era una fiesta para nosotros, con dj incluido que iba pinchando temazos. No hace falta que os diga que nos hicimos miles de fotos con todo, pues nos embargaba la emoción, aunque era más una combinación de eso y los nervios por el concierto que vendría después. Estábamos detrás del escenario y veíamos como poco a poco el Palau de Sant Jordi se iba llenando de fans con las mismas ilusiones que nosotros. Mientras, los teloneros iban tocando y haciendo la espera más ligera.
Y llegó le momento. Habíamos tomado asiento en nuestra grada, una grada a pie de pista en la que veíamos todo el escenario genial. Llevávamos un tiempo allí sentados, haciendo la ola con las miles de personas allí congregadas, gritando de emoción cada vez que salía el anuncio del perfume de Gaga y pidiendo que saliera ya. Se retrasó casi 15 minutos de la hora prevista, pero poco importó porque cuando llegó lo hizo a lo grande. Se apagaron las luces y empezó a sonar la música. Un espectacular castillo hizo su aparición ocupando todo el escenario, una imagen que imponía muchísimo. En unos segundos saldría ella y no de cualquier manera, sino a lomos de un gigantesco unicornio, muy majestuosa; y se arrancaría a cantar la primera canción de la noche, Highway Unicorn.
Hace ya dos semanas de eso y no recuerdo muy bien el orden de las canciones. Fui al concierto sin haber visto ningún video o foto de los conciertos anteriores de la gira porque quería sorprenderme con todo lo que iba a hacer, y así fue. Desde ese momento en el que sale literalmente de una vagina gigante que colocó enmedio del escenario para cantar Born This Way hasta el apoteósico final con Marry the Night, todo me sorprendió para bien. No paró de bailar en todo momento, marcándose a veces unas coreografías de impresión, como cuando interpretó Schiebe. Por supuesto tuvo también ese momento sentimental al piano, un piano que esta vez había instalado en una moto enorme. Y hablando de motos, durante una canción salió ella acostada en una moto, emulando así la portada del disco en la que ella es una moto. Aquí también se convirtió en esa moto. Sé que todo lo que aquí estoy poniendo pueda ser un poco vulgar o extraño para algunos, pero tened en cuenta que la muchacha ha planteado todo el show para los fans. Por eso lo que puede parecer una gilipollez ("¿ella disfrazada como una moto?") en realidad es algo de agradecer para nosotros, que lo consideramos todo un puntazo. Otra cosa que considero genial es que a la chica se le rompió el sujetador durante una actuación y se puso una camiseta del Barça que no se quitó durante varias actuaciones más. La chica, con todo el salero del mundo, nos contó el percance. En resumidas cuentas, todas y cada una de sus actuaciones fueron a lo grande, a pesar de los inconvenientes.
Y ya que hablo de inconvenientes, sí, voy a hablar de la vomitona que se pegó, no voy a esconderlo. Pero hay un "PERO". Sí, es cierto, vomitó en la penúltima canción, cosa de lo que se han hecho eco rápidamente en todo internet e incluso televisión, PERO me parece un hecho aislado que no empañó en absoluto el concierto entero. Está claro que la gente sólo va al morbo y en este caso el hecho de que vomitara resulta hasta cómico. PERO no todo el mundo estuvo allí. Os puedo asegurar que no nos dimos cuenta de nada. Tan sólo la gente de las primeras filas la vió vomitar, PERO la chica no paró de cantar ni bailar en ningún momento. Fijaos si lo disimuló bien que sólo cuando una amiga que estuvo en primera fila nos lo contó, nos enteramos. Sí es verdad que la última canción, esa en la que ya se desata y lo da todo, nos pareció un tanto floja. Su gran profesionalidad hizo que no nos fuéramos de allí con mal sabor de boca. Se puso mala al final, sí, pero lo disimuló bastante bien. Estuvo toda la noche entregada, bailando sin parar, cantando sin desafinar, hablando con nosotros y transmitiendo sus agradecimientos. En definitiva, dándonos lo que queríamos ver. Increible.
Como no quiero extenderme más y esto no es una crónica, sino más bien una pequeña reseña del concierto, me despido dejandoos unos cuantos vídeos que grabé con mi cámara. Sin duda volveré a verla una tercera vez cuando vuelva a España dentro de X tiempo, merece la pena disfrutarla actuar en directo.
Hace poco me hicieron una pregunta aparentemente sencilla, pero cuando fui a contestarla no sabía qué decir. Fue muy difícil dar una respuesta, y aun cuando la di pensé que no estaba haciendo justicia. Os la lanzo a vosotros a ver si sabéis cómo contestarla: ¿Cuál es tu serie de TV favorita? Es complicado dar una sola respuesta, yo no pude hacerlo sin sentirme enteramente satisfecha con mi elección. Sí que dije una serie, pero me quedaron otras muchas a la misma altura en el tintero. Ya hablaré en otro momento de esas series que se quedaron atrás. Hoy quisiera hablaros de aquella que destaqué por encima de las otras: Lost.
¿Por qué está Lost entre mis favoritas? Pues porque me hizo experimentar muchas sensaciones. Durante sus 6 temporadas disfruté muchísimo. Los capítulos eran alucinantes. Reinaba en ellos un misterio que hacía que, tras su visionado, me metiera en internet a ver qué habían comentado los fans. También leía análisis minuciosos de los capítulos, desmenuzándolos y prestando atención a cada detalle. Nunca antes había hecho eso con ninguna otra serie. Fueron unos años muy bonitos interactuando con ella de esa manera. Porque sí, Lost tenía dos formas de verse. Una conformándose con los hechos que se nos mostraban y siendo más superficiales; y otra adentrándonos en su filosofía, en todas aquellas ideas que se dejaban entrever en los diálogos y en el tratamiento de las escenas. Para que nos entendamos, una visión se queda con el misterio de los ya famosos números y demás elementos extraños como el humo negro; y la otra, con esa eterna lucha entre el bien y el mal que se nos plantea y parece ser el alma mater de la serie. No estoy diciendo que uno tenga que ser un erudito para captar esa esencia subyacente, sino simplemente que el espectador puede no ir más allá de lo que ve y entiende y conformarse con lo que se le muestra sin indagar más en la trama. Pero esta mente inquieta quería más y por eso me pasaba horas delante del ordenador buscando información, leyendo reseñas y opiniones, y yendo más allá. Gracias a eso pude descubrir cosas que a priori no había visto en los episodios. Por lo tanto, Lost me hizo pasar el tiempo de una manera especial, siempre retándome a mirar más allá de lo que la vista alcanza e invitándome a entrar en una tesitura filosófica compleja.
La serie es muy buena y eso es innegable. Todos en mayor o menor medida, haciendo un visionado general u otro más minucioso, disfrutamos muchísimo con ella. Pero entonces llega su doble episodio final y aquí es donde todos esos fans que hemos avanzado juntos durante todo el viaje nos empezamos a separar. Unos se marchan decepcionados, otros tratando de ver el lado positivo de las cosas. He de confesar que yo tenía un pie en cada lado. En su momento no quedé del todo satisfecha con el final. De hecho, no entendí algunas cosas. Para los que como yo seguisteis el final en directo aquella madrugada del 23 de mayo del 2010 en Cuatro, sabéis que justo sin tiempo suficiente para asimilar lo visto se emitió un debate en el que se creó mucha confusión, pues la mayoría de los tertulianos no había entendido nada y crearon toda una serie de rumores falsos que sembraron el caos absoluto. Por ejemplo, a los pocos minutos ya se había creado un grupo en Facebook llamado "El final de Lost es un sueño de Resines". Cierto es que aquello tenía su gracia, pero a mí como fan me molestó mucho que la gente se mofara de una serie de culto de esa manera. No era justo. No era justo cuando, además de haber vivido tanto con la serie, lloré como una magdalena con todo el capítulo final. ¿Cómo algo que me conmovió tanto iba a ser una basura tal y como empezó a decir mucha gente?
El problema residía en que la serie no dio respuesta a las miles de preguntas que nos hicimos. Me imagino que os pasará como a mí que cuando acaba una serie tan buena y que te ha hecho pasarlo en grande, se te queda un vacío existencial tremendo. Te sientes como desamparado, ya no vas a volver a ver nunca más a esos personajes. Has empatizado tanto con ellos que te sientes mal al despedirte de ellos. Pero como no es algo trascendental en tu vida, a los dos días se te pasa. El caso es que, además de ese vacío, si además ves que se han dejado cosas en el tintero, pues te duele doblemente. Lost no es la primera serie a la que le pasa esto. Ayer por ejemplo terminé de ver Battlestar Galactica y quedé encantada con el finalazo que se marcaron, pero también decepcionada porque muchas cosas se quedaron sin ser respondidas. Hay una película tras la serie que cuenta parte de esas cosas que se dejaron a medias. Quizá a los guionistas de Lost les faltó ese valor para sacar una película que aclarara las cosas, aunque también entiendo que eso sería como admitir que algo no hicieron bien. De todas maneras no creo que en el caso de Lost hiciera falta ninguna cinta adicional, era suficiente con lo que se nos mostró para llegar al final de la estancia en esa isla, la de los personajes y la nuestra. Sea como sea, tenemos el final que se hizo y de él voy a hablar a continuación, saliendo en su defensa.
Ya decían los creadores de la serie que el final era uno que deberíamos madurar con el tiempo, que llegaría un momento en el que nos daríamos cuenta de que era el final que se merecía. Creo que tenían razón porque yo ahora he cambiado mi opinión hacia él. Ya no me parece tan decepcionante como lo fue en su día. Le veo muchas cosas buenas, y las carencias que tiene no me parecen una cuestión imperdonable. Hasta tiene gracia que sigas "perdido" sin saber qué sucede con muchas cosas, como les ocurre a los protagonistas. Ya he dicho antes que aquel día lloré desconsoladamente con muchas escenas finales. Fue conmovedor ver esos reencuentros entre los personajes. No sabíamos hacia dónde iba la serie en su última temporada. Estábamos acostumbrados a los flashbacks, a que la línea temporal fuera una tangible y creible, que jugara con el pasado y el presente. El futuro era algo incierto, pues la isla les privaba de él, los tenía atrapados. De repente se nos plantea una temporada que no sabemos qué línea sigue, no sabemos por qué los personajes tienen nuevas vidas, parece que su pasado no ha ocurrido nunca, no se acuerdan los unos de los otros y es como si nunca se hubieran conocido. En el episodio final descubrimos el pastel. No es que no se conozcan, sino todo lo contrario. No es una línea temporal totalmente, es una línea espacio-temporal. Están en algo que podríamos llamar limbo, es su futuro en otra vida. Murieron en algún momento en el trancurso de sus vidas y ahora están ahí esperando a que lleguen todos para dar el paso definitivo hacia la vida eterna. ¿No os parece bonito? Y lo descubrimos con ellos mismos cuando se tocan o se miran y recuerdan. ¡Cómo pude llorar con eso! Había compartido mi vida con esos personajes y mientras ellos recordaban, yo también lo hacía. Fue muy grande que el colofón final viniera con la revelación de esto que tiene Jack, el protagonista absoluto de esta historia. Estábamos como él, perdidos sin saber qué pasaba, pero lo comprendimos a la vez. Sobresaliente. Pero esto que a mí me pareció muy bonito no fue suficiente para que el público en general se contentara. La gente medio aceptó la idea de un limbo, pero quería más, quería saber qué secretos escondía la isla.
Dejemos atrás la trama de la otra vida. Ahora vayamos a la isla. La acción allí transcurre en su mayoría dentro de esa cueva de la que sale una luz extraña. Los capítulos que precedían a este final ya se encargaron de contarnos la historia de los dos hermanos que son Jacob y el humo negro, y de cómo este último se convierte en tal cosa al pasar por la cueva. Todos queríamos saber cuál era el poder de la isla, qué era esa luz, qué había en esa cueva. Y sí, tenemos la oportunidad de entrar, pero poco más. Seguimos con las dudas y acabará el capítulo sin resolverlas. Mientras tanto se plantea quién será el nuevo guardián de la isla y lo que pasa es bonito, pero estamos tan decepcionados que pasamos por alto la importancia de Ben o Hurley, que se han currado mucho su papel para con la isla. También vemos cómo otros tratan de escapar con el avión y lo logran, pero nuestra mente sigue en shock, no nos creemos que la cosa vaya a acabar y no nos hayan dicho la mitad de cosas que queríamos saber. Decir que esa parte del episodio no estuvo mal, nos dejó en ascuas, pero no estuvo mal. Aunque quizá sea lo más flojo del guión. Creo que de no ser por la otra trama que corría paralela, la de la otra vida, la gente directamente habría tirado la tele por la ventana. Entonces, bien, pero no sobresaliente.
Por último, voy a comentar el aspecto que hace que defienda este final sin arrepentirme de ello. Esta serie no podía acabar de otra manera más que como sucede en los minutos finales, con Jack yendo hacia los juncos en los que un día despertó, para morir y acabar con su aventura en la isla. El plano con su ojo cerrándose es sublime. Creo que no hizo falta que nadie viniera a decirnos que así fue justo como empezó la serie, ya lo sabíamos. De hecho, ya intuíamos lo que iba a suceder a medida que Jack se adentraba en los juncos. Grandioso. Eso ya me hizo llorar a mares. Repito que acabó el capítulo y no había entendido lo de la línea espacio-temporal planteada del limbo. Llegué a pensar que, como se cerraba el ojo, había sido todo un sueño. Pero a pesar de mi ignorancia me gustó el planteamiento de las escenas finales y de la temporada entera en general. Ahora ya ha pasado el tiempo y he madurado esas primeras impresiones. No estuvo tan mal como la gente critica. Podía haber tenido más, pero lo que tuvo está bien. Y si valoro la serie en su conjunto, no puedo estar más agradecida a sus guionistas por habernos hecho vivir tantas cosas junto a esos personajes.
En fin, creo que ya he dejado bien clara mi opinión. Entiendo las críticas, yo también formé parte de ellas en su día, pero ahora vuelvo a ejercer mi crítica y no puedo decir que el final fuera una decepción porque vi la serie adentrándome en su filosofía y eso obtuvo respuesta en su totalidad. En ese sentido quedé satisfecha. Y pensándolo ahora, me gusta que los números, Dharma, el poder de la isla, la génesis del humo negro y demás cosas extrañas sigan siendo un misterio.
Acabo de vivir una situación un tanto caótica de la que creo poder sacar algo bueno. Tranquilos, no es nada dramático, aunque lo haya teñido así por momentos. Además, ya os digo que la cosa se ha quedado en una mera anécdota que recordar entre risas.
Veréis, todos los viernes la Consellería de Educación publica una lista con las plazas que hay por especialidad para poder solicitar y se abre la aplicación que te permite pedir esas plazas. Mañana es viernes. Algunas veces, milagrosamente, dicha lista se publica un día antes y el caso es que he visto hoy una lista y la he mirado. Y de repente lo he visto. Otra vez. He visto un puesto que ya salió anteriormente, una plaza en el instituto en el que estudié aquí en mi ciudad. Se me han puesto los dientes largos. Se trataba de una reducción de jornada, un tercio de la jornada laboral, cobrando un tercio del sueldo correspondiente. De repente me he visto haciendo una lista mental de pros y contras. Los pros inclinaban la balanza al SÍ, a que pidiera ese puesto. Además, ese lado de la balanza tenía un añadido y es que tenía una alta probabilidad de éxito, pues se me ha hecho raro que esa plaza no la hubiera querido nadie la semana pasada y lo he visto como una señal del destino. Era un tren que estaba pasando por segunda vez y eso en esta vida es raro. Las oportunidades de solicitar ese puesto y de que me lo dieran eran altas si ya había sucedido el hecho de que nadie hubiera querido ese puesto. Yo tuve mis dudas la semana anterior sobre si pedirlo o no, pero al final, aconsejada por mi madre, no lo hice. Y ahí estaba de nuevo, para generarme más dudas. Era una gran oportunidad de trabajar todo el curso sin la incertidumbre de cuándo y dónde. Algo así me permitía estar al lado de casa y tener más tiempo para dedicarme a otras cosas, a cambio de renunciar a dos terceras partes del sueldo habitual. Atrás dejaría los largos paseos en coche, la intranquilidad de estar lejos y no saber hasta cuándo. Debía tomar, por tanto, una decisión sobre si arriesgarme a pedirlo (con un alto porcentaje de éxito dadas las circunstancias) o echarme atrás. Llegados a este punto, permitidme que os diga que al final ni lo uno ni lo otro. Ha sido todo un error mío porque la lista de plazas consultada no era la de esta semana, sino la de la semana anterior. No me he dado cuenta al verla de la fecha ni de que todas las plazas eran sospechosamente familiares. Por un lado he sentido una enorme decepción, pero por otro he sentido un gran alivio.
En una mera anécdota se queda ese estrés que he sufrido en una hora, tiempo en el que he estado hablando con mucha gente sobre ello, recibiendo consejos y meditando un poco las cosas. Como os he dicho, he puesto sobre la balanza los pros y los contras. Estoy orgullosa de cómo lo he jerarquizado todo. Con algo tan tonto como esto he podido darme cuenta de qué cosas priorizo. He dejado el dinero a un lado pensando en mi bienestar personal primero. Que nadie me malinterprete. No estoy diciendo que me sobre el dinero y me dé igual ganar más o menos, no. De hecho, es todo lo contrario. Pero no podemos dejar que sea el dinero el que marque nuestra vida porque a veces no trae la felicidad. Sé que estas palabras pueden sentar mal en esta época de crisis en la que mucha gente no tiene trabajo, pero vuelvo a instaros en que no me malinterpretéis, no se trata de rechazar más dinero porque sí. Más vale pájaro en mano, ¿no? Además, en este caso era un pájaro muy atractivo, aunque barato. Sea como sea, me alegra no haber querido ser avariciosa y anteponer el dinero a todo lo demás.
Otra de las cosas que me he planteado ha sido dedicarme a mí misma en ese tiempo libre del que iba a poder disponer. Sabéis que llevo tres semanas haciendo ejercicio para perder esos kilos de más y me siento muy bien conmigo misma por hacerlo. Hasta que empiece a trabajar voy a seguir por ese camino y luego ya veremos cómo me organizo cuando llegue ese día. Mi visión de hoy ha sido la de poder seguir con este ritmo de vida durante todo el curso, pues iba a tener mucho tiempo para ello. Me alegro, pues, de haber pensado en mi bienestar personal de nuevo.
Por último, también valoro enormemente cómo se ha volcado la gente conmigo para aconsejarme y desearme suerte. Eso sí vale millones. De verdad, estoy muy agradecida a toda esa gente.
En fin, no quería dejar escapar la oportunidad de contaros cómo he sacado una bonita reflexión de algo tan tonto.
PD. Siento si el texto es confuso en algunas partes. Son casi la 1 de la madrugada y se me pegan los ojos. Quería escribir esto ahora o no iba a hacerlo nunca. Si hay fallos son producto del cansancio.