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sábado, 26 de abril de 2014

Mis libros favoritos: #26 "Detective Conan" de Gosho Aoyama

Con Detective Conan me despido de los cómics o mangas en esta lista de favoritos que en breve llegará a su fin. Creo que el título ya define bastante la obra, ahora bien, Conan no es un detective muy normal.... Shinichi Kudo, verdadero nombre del protagonista, es un adolescente de 17 años que se dedica a investigar y resolver crímenes por afición. Un día, realizando sus labores detectivescas, los criminales a los que persigue le inyectarán un veneno pero, en vez de matarlo, hace que su cuerpo encoja y tenga la apariencia de un niño de 7 años. Viéndose en la obligación de esconderse para que los criminales no le maten, Shinichi abandona su vida, cambia su identidad a la de Conan y se va a vivir con su amiga, Ran, y su padre, un fracasado detective. Ninguno de los dos sabrá quién es Conan en realidad. Los 3 irán investigando crímenes y Conan los resolverá todos, pero como ahora es un niño, tendrá que drogar al fracasado detective y hacer creer a todos que es el hombre quien ha resuelto el crimen, dándole una popularidad inesperada. 

Partiendo de esta premisa, encontraremos muchísimos casos y muy interesantes en los que se nos irán presentando a los sospechosos y un montón de pistas hasta el punto de que nosotros también podemos intentar resolver el caso. La trama secundaria, la de la historia de Shinichi, prácticamente no avanza nada. Hay momentos en los que parece que le vaya a confesar a Ran quién es, pero luego nunca sucede. En ese sentido el manga se hace mucho de rogar, porque hay muchísimos tomos y esta historia no queda resuelta. Pero bueno, mientras tanto hay muchísimos crímenes muy interesantes que nos tienen entretenidos. Y creedme, es muy adictivo. 

Estos mangas los empecé a comprar en mi primer año de carrera porque reeditaron el primer volumen de la colección en 12 tomos y la oferta de lanzamiento en el kiosco era muy atractiva. Fue leer uno y ya engancharme sin remedio porque muchos de esos tomos dejan algún misterio sin resolver y ya toca comprar el siguiente para saber cómo continúa. Recuerdo que durante un verano mi hermano y yo bajábamos al centro cada pocos días a comprar el siguiente número de la colección porque queríamos saber cómo acababa la resolución del crimen. Cuando sea rica (jajajaja) seguiré comprando los que me faltan porque quiero seguir sabiendo sobre Shinichi y compañía y hay muchísimos tomos que no tengo, la colección es infinita. A ver si su autor se va decidiendo por acabarla porque nos está desangrando poco a poco a todos los fans. En fin, si os molan las historias de detectives, Detective Conan es una gran opción de lectura.

¡Hasta el próximo post!


martes, 22 de abril de 2014

Mis libros favoritos: #22 "Naruto" de Masashi Kishimoto

Ya me he atrevido a poner en esta lista de favoritos libros pertenecientes a grandes colecciones. También he incluído un cómic. Hoy os traigo una combinación de ambas, un manga llamado Naruto. Para quien no sepa lo que es, lo definiré rápidamente como cómic japonés. A esta colección, a pesar de notársele un cierto desgaste en los últimos tiempos, le tengo mucho aprecio por las circunstancias en las que la leí y por lo que provocó luego. 

La foto que acompaña a este post es de mi habitación, lo que véis es mi colección de tomos de Naruto, además de otros tantos tomos de otras colecciones. La foto se corta, pero quienes estéis puestos en el manga os daréis cuenta de que en la leja de abajo asoman algunos volúmenes de Dragon Ball y One Piece. Junto a ellos, aunque no se ven en la foto, una extensa colección de los números de Detective Conan. Con todo esto lo que os quiero decir es que mi colección de manga pequeña precisamente no es (no diré que es grande porque en realidad esto no es nada, pero para mi humilde economía está más que bien).  Y la culpa de que empezara a comprar manga la tiene Naruto, esos fueron mis primeros tomos.

Veréis, fue durante mis exámenes de Selectividad. Eran 3 los días que debería ir a la universidad a hacer los exámenes pertinentes de Selectividad. Tan sólo en uno de esos días tendría que quedarme en el campus por tener exámenes por la tarde, los otros dos días volvería a mi casa a la hora de comer y me quedaría toda la tarde estudiando para los siguientes exámenes. Recuerdo que el primer día de exámenes estaba particularmente exhausta cuando llegué a casa a medio día. Tenía que comer y ponerme a estudiar, pero entre ambas acciones dispuse de un tiempo de descanso para olvidarme por un momento de todo el estrés y agobio. Fue ese primer día cuando me fijé en que a mi hermano le había dejado un amigo unos 5 o 6 tomos de un manga, Naruto. Hasta el momento no les había prestado atención, pero justo aquel día me llamaron la atención. Quería despejarme y con algo que verdaderamente me hiciera evadirme. ¿Qué mejor que un manga, un género que nunca antes había leído? Al menos mi curiosidad por algo nuevo mataría el estrés por un momento. Empecé, pues, a leer el primer tomo. Sabía que tendría que leer las páginas al revés, pues la portada del tomo no estaba en la parte habitual y me indicaba que tendría que pasar las páginas en sentido contrario. Ahora bien, lo que no sabía y tardé bastantes páginas en comprender, es que dentro de las propias páginas también el sentido de lectura se invertiría. Como os digo, pude estar leyendo medio tomo mal, pasando las páginas al revés pero empleando en mismo sentido de lectura habitual en cada página. No entendí nada, como podéis ver. Me parecía todo muy raro, mencionaban una cosa como si ya supiéramos lo que era y luego volvía a salir otra vez. Tranquilos, que cuando me di cuenta volví a releer desde el principio y entonces sí comprendí mejor la historia. A partir de ahí, bueno, mirad la foto.

Comencé la universidad y conocí a gente mucho más experta que yo en cómics y, sobretodo, manga y anime. Poco a poco fui leyendo muchos más mangas, comprándome algunos de ellos y viendo anime. La colección de Detective Conan salió durante mi primer año de carrera y comencé a comprarla. Me encantaba leer los tomos para descansar del estudio, pero esa es otra historia que quizá os cuente en breve... guiño, guiño. El caso es que esta parte de la cultura japonesa llegó a mi vida, y con ella muchas otras cosas relacionadas, como el viaje al Salón del Manga de Barcelona. Esta es una parte de mi vida a la que le tengo mucho cariño. Me gusta leer libros, como ya sabéis, pero los cómics y los mangas también son muy importantes porque me han proporcionado momentos maravillosos. Y la culpa de todo la tienen aquellos primeros volúmenes de Naruto, ¿entendéis ahora por qué están en esta lista?



PD. Aunque les tengo mucho cariño, a ver si su autor se decide ya a terminar la serie porque 1) ya está empezando a perder calidad y ser un poco sinsentido, 2) mi estantería se va a quedar pequeña para tanto tomo y 3) ¡que no soy rica! Menos mal que los he ido comprando conforme salían, cada dos meses, y mi economía no se ha resentido, pero aun así es un dineral invertido que parece no parar nunca. Kishimoto, tío, ¡para ya!

¡Hasta el próximo post!