No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente.
A mis 15 años, más o menos, ya leía a Arturo Pérez-Reverte. Me gustaban mucho sus artículos, recopilados en varios volúmenes; me llamaba poderosamente la atención su tremenda ironía cuando hablaba de algunos temas. En cuanto a novelas, a esa edad leí La piel del tambor y, aunque no es de sus mejores obras, me gustó en aquel momento. Poco tiempo después descubrí al capitán Alatriste, personaje que me cautivó desde que leí el inicio de la primera de las novelas que cuentan sus aventuras (es la frase que he dejado arriba).
Además de ser Diego Alatriste un personaje muy sugerente y cautivador y de estar rodeado por otros personajes, reales o ficticios, muy bien perfilados, lo que más me gustó de este libro y de los de la misma colección que vinieron después fue el lenguaje empleado por Pérez-Reverte. Me encantó esa manera de meternos de lleno en el Madrid del siglo XVII con las palabras de sus personajes y del narrador. Me vais a permitir que no os ponga ningún ejemplo concreto ahora, pero no me viene ninguno a la cabeza (me he levantado hace un rato). Edito: mi hermano me ha ayudado con las palabras: hidalgo, ropera, pardiez, doblones de a cuatro, mancebía, escaramuza, tercio, pica, hideputa... El caso es que todo en estas novelas me gustó muchísimo y aprendí con ellas. Y tanto nos gustaba el Capitán Alatriste en esta casa que hasta tenemos un juego de mesa y un manual de juego de rol basados en las historias de los libros. Mooola mil. Por cierto, no nos gusta la película que hicieron sobre Alatriste; preferimos la versión del personaje que imaginamos al leer los libros.
En fin, un libro que hizo que vinieran otros más detrás y un personaje de los que no se olvidan. Por todo ello este primer volúmen tiene que figurar en esta lista. No los he leído todos, sólo los 5 primeros, pero me gustaría algún día retomarlos desde el principio y así ampliar con los que no he leído aun. ¡Me falta tiempo!
¡Hasta el próximo post!
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