Mañana hará 3 semanas que estoy trabajando en este nuevo instituto. Nunca había durado tanto, siempre era cosa de una semana y poco más. Al principio, como en todos los trabajos, estás nervioso, no sabes si lo harás bien y si tendrás algún problema. Yo además tenía el añadido de que es un instituto con alumnos problemáticos y en un barrio, digamos, chungo. Eso ejerce una presión sobre tí que te hace pasar malos ratos. Los primeros días son de no dormir bien, de no descansar, de no comer adecuadamente... los nervios se avalanzan sobre ti, pero hay que saber aguantar y plantarles cara. A los pocos días ya me aclimaté bastante bien a todo, a pesar de todavía no ubicarme con ciertas cosas, como lo de ser tutora de un grupo. Son cosas que exigen más involucración por tu parte y, por tanto, un pequeño esfuerzo más. Pero si miro atrás y veo donde y cómo estoy a 3 semanas de haber empezado, me doy por satisfecha y bastante. Es cierto que todos los días tengo que lidiar con esas "bestias pardas", pero me gusta mi trabajo y me gusta donde estoy. La zona puede ser mala, pero lo importante es que hay muchos buenos alumnos, gente que de verdad quiere aprender. Encima estoy en Alicante, a menos de 10 minutos en coche. Mi horario es comodísimo, apenas madrugo, mis compañer@s son estupend@s... ¿qué más se puede pedir? Sí, que los alumnos se porten bien y hagan los trabajos, pero eso es pedir demasiado y sé ser realista, así que me puedo dar con un canto en los dientes. Estoy contenta, muy contenta. Me doy cuenta de que esto sí es lo que quiero, no me he equivocado a la hora de elegir mi vocación. Me gusta ser profesora. Y sí, tiene sus cosas malas, pero trato de ser optimista todo el tiempo y verlo todo del mejor modo posible, sacando lo mejor y lo bueno de ser docente. En fin, espero que mi siguiente post sobre el tema, el de mi cese en este centro, llegue lo más tarde posible. No me quiero ir tan pronto!!!
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