Recientemente he leído La casa de las bellas durmientes de Yasunari Kawabata. Ni estaba familiarizada con la literatura japonesa ni mucho menos con este autor del que ahora sé que fue Premio Nobel de Literatura. Y es que en el club de lectura al que asisto decidimos decantarnos por la literatura asiática esta vez y, haciendo una el esfuerzo de buscar propuestas, me di cuenta de que hay vida más allá de Haruki Murakami, pues era hasta hace nada el único referente que tenía. Pero no estoy hoy aquí para hablaros de esta obra, eso me lo guardo para mi otro blog. Este post es para dejar volar un poco mi imaginación con un juego que ha propuesto una de las asistentes al club de lectura. Se le ha ocurrido la idea de escribir un relato a partir de la obra leída, inspirándonos en algo relacionado con ella (personajes, trama, escenario, autor, etc). Así que nada, ahí va mi granito de arena a la causa, espero estar a la altura.
La había visto sólo en una ocasión y por accidente, pues una de las estrictas normas que tenían era no hablar ni cruzarse con nadie en esa casa, pero estaba completamente segura de que era ella. Y ahora aquellos ojos tristes que un día cruzaron su mirada se habían cerrado para siempre. Apagó la televisión, no quería seguir escuchando la trágica noticia. Esa pobre chica a la que habían encontrado muerta en un callejón podría haber sido ella. Todas las noches el destino jugaba a la ruleta rusa con todas las chicas de aquella casa y en esta ocasión se había cobrado una víctima. O tal vez sus almas ya se habían perdido y tan sólo dejaban atrás unos hermosos y jóvenes cuerpos expuestos a una fatalidad que ya no les importaba. Cierto era que su trabajo estaba muy bien pagado, pero la pérdida de su inocencia no podía compensarse con dinero. Además, ¿qué sería de ella cuando su belleza y juventud la abandonasen? O peor, ¿podría pasarle a ella lo mismo que a aquella chica, que su corazón no aguantase el engaño al que lo sometían cada noche? En realidad daba igual, lo que le pasara a su cuerpo no interferiría en el camino de autodestrucción por el que su alma viajaba...
En estas cosas pensaba la jóven mientras se preparaba para recibir la noche y lo que ello conllevaba. Tenía delante las pastillas que, ironías de la vida, le aligerarían durante unas horas la carga que su mente soportaba. No podía evitarlo, aquella noticia había teñido de pesimismo su día, por eso por primera vez sus ojos se detuvieron ante esas pastillas durante unos minutos antes de ingerirlas. Ya no sabía si quería volver a despertar.
¿Os ha gustado? En realidad, si no habéis leído el libro no entenderéis lo que he escrito porque es algo que sucede en él. Pero para que podáis seguirlo un poco, simplemente deciros que la novela trata de una especie de burdel en el que hay chicas profundamente dormidas con narcóticos y allí acuden viejos a dormir junto a ellas. El protagonista es un hombre de 67 años que nos cuenta cómo se siente al estar junto a estas chicas. He querido contar cómo se siente una de estas prostitutas, por qué accede a ser drogada y a que otros utilicen su cuerpo. En fin, espero haber conseguido mi propósito. Igual sólo tengo yo claro lo que quiero transmitir y no he sabido expresarme, pero al menos lo he intentado y me ha gustado el juego.
¡Hasta el próximo post!