jueves, 21 de marzo de 2013

Nana

A ver si esto de escribir un post tras leerme un libro se convierte en costumbre y lo hago con todos. Esta vez os vengo a hablar de Nana de Chuck Palahniuk.

Estaba en Fnac con una amiga mirando libros. De repente llegamos a este autor al que yo no conocía para nada. No me sonaba su nombre, pero sí una de sus obras más aclamadas: El club de la lucha. Mi amiga me habló de algunos de sus otros libros y lo cierto es que me picó la curiosidad. Unos días después me hice con uno de sus libros, uno con un título y sinopsis que me llamaron bastante la atención. Tenía por título Nana y en su portada aparecía un pájaro amarillo muerto. No veía la asociación de ambas partes, no pegaban ni con cola, pero cuando leí detrás la descripción del libro no pude soltarlo de mis manos, tenía que leerlo. ¿Que de qué hablaba aquella sinopsis? De una canción de cuna de origen africano que provocaba la muerte a quien la escuchara. El protagonista de la historia, un periodista, tenía que investigar sendos casos de muerte súbita infantil, muertes relacionadas con este poema letal. ¿No sentís la misma curiosidad que yo en su momento por leerlo? Os lo recomiendo, aunque os prevengo que tiene un estilo muy peculiar. Parecen los pensamientos del protagonista o del autor plasmados tal cual, sin ningún tipo de cuidado por la coherencia y cohesión del texto, como si pensara en voz alta y lo vomitara en las páginas. He de admitir que me ha encantado esa manera de escribir, pero puede ser extremista y provocar el total desprecio en otras personas. No creo que haya medias tintas, o te gusta o lo odias. Dadle una oportunidad.

Una vez más se lee entre líneas el tema del poder de controlar la vida o la muerte. Y es que tanto los personajes como el lector se plantean durante la lectura qué harían ellos con semejante poder. El acceso a un sencillo poema que provoca la muerte te convierte en algo muy parecido a una deidad. Sobre tí recae la responsabilidad de elegir el destino de las personas, puedes acabar con ellas si te place; o puedes no hacerlo y no usar ese "don"; o puedes usarlo para un bien común. Tú decides. 

Últimamente mucho he leído sobre el tema, sobre la responsabilidad que recae sobre quien obtiene un poder tan crucial y decisivo. ¿Qué haríais vosotros si pudiérais decidir quién vive y quién muere? ¿Y qué pasaría si esa "virtud" recayera sobre alguien irresponsable que sólo buscara el beneficio personal? ¿O qué podemos entender por bien común y por propio beneficio? ¿Dónde está la línea que los separa? Me viene a la mente la historia recogida en el manga Death Note. En ella su protagonista, Light Yagami, encuentra una libreta en la que si escribe el nombre de una persona y piensa en ella, ésta muere fulminantemente en el plazo de una hora. Al principio mata a criminales por "hacerle un bien a la humanidad y erradicar el mal", pero vuelvo a hacer las mismas preguntas y más. ¿Está eso bien? ¿En qué te convierten esos actos, en un salvador o en otro criminal más? Ante semejante poder ¿permanecerías cuerdo y constante en tu promesa de "ayudar", de "hacer el bien"? En este manga vemos que ni Light ni su causa acaban bien, su objetivo original se va disipando poco a poco, al igual que su cordura y percepción objetiva de la realidad, y se transforman en algo dañino y destructor que dista mucho de esas buenas intenciones iniciales. En fin, es un tema muy interesante que llevar a debate. Entre las obras en las que entreveo ese tipo de poder he de añadir la genial novela gráfica de Alan Moore, Watchmen, que de un modo distinto aborda el tema. 

Pues nada, hasta aquí este pensamiento de hoy. Ahora seguiré leyendo La tumba de Huma, segundo volumen de Las Crónicas de la Dragonlance; y retomaré A Dance With Dragons, que lo dejé aparcado hace unos meses y quisiera continuarlo. ¿Alguna recomendación?

Por cierto, ya que hablo de libros y a este he llegado a través de una amiga, os dejo enlace a su blog. En él suele hacer crítica de los libros que lee y lo hace con mucha mejor labia que yo, asi que os recomiendo que la visitéis de vez en cuando.

jueves, 7 de marzo de 2013

El juego de Ender

Anoche me terminé de leer El juego de Ender de Orson Scott Card y hoy quisiera contaros un poquito qué me ha parecido para animaros a leerlo también.

El caso es que este libro es uno de esos que no sabes de qué va cuando lo ves en la librería. Quienes me lo habían recomendado tampoco sabían  explicarme muy bien de qué trataba, tan sólo podía percibir un tono de súplica para que lo leyera. Es decir, es el típico libro en el que te dicen "hazme caso y leelo porque te va a encantar" Y así ha sido, me ha encantado.Y no solo eso, ahora soy yo la que os ruega que lo leáis.

¿Cómo os puedo convencer? Pues para empezar diré que se trata de un relato de ciencia-ficción y si sois amantes de ella como yo, os encantará. Si no me equivoco, el libro es de 1985 y un año después ganó varios premios importantes dentro del género. Eso ya debería darnos una pista de que lo que vamos a leer es especial, no es cualquier cosa. Su protagonista, Ender, es un niño de 6 años a quien los militares observan, al igual que a otros niños. A esa temprana edad lo reclutan y llevan a una estación espacial, la Escuela de Batalla, para ser instruido, al igual que sucede con otros niños. ¿Niños reclutados por el ejército y llevados al espacio? Sí, resulta que la obra se ambienta en un futuro en el que la Tierra está amenazada por una raza extraterrestre, los insectores, seres que se asemejan física y psicológicamente a los insectos, de ahí el nombre. Todo el planeta está unido ante esa amenaza exterior, las guerras en la Tierra ya no ocurren, hay treguas firmadas para calmar momentáneamente el ambiente hostil entre países y para unir fuerzas contra el enemigo común. [ATENCIÓN SPOILER] En ese sentido, me recuerda mucho a la paz conseguida en el cómic de Watchmen, que viene dada por lo mismo, la unión ante un enemigo común en forma de amenaza extraterrestre. [FIN SPOILER]. El destino de la humanidad está depositado, pues, en los niños. Desde pequeños se les enseña a luchar en esa estación espacial y, os lo podéis imaginar, Ender tiene algo especial. Por cierto, este entrenamiento militar se basa en juegos y simulaciones en una consola que todos los reclutas tienen, además de luchas reales de cuerpo a cuerpo en gravedad cero. Y aquí es donde no puedo seguir hablando de la historia, tenéis que descubrirlo por vosotros mismos, tenéis que descubrir en qué consiste el juego de Ender y para qué sirve.

Simplemente me gustaría decir que he sacado muy buenas cosas de la novela. Ésta refleja la guerra, la lucha entre dos bandos enfrentados, pero no se puede hablar nunca de buenos y malos. Eso va a depender de en qué bando estemos y cuáles sean nuestros argumentos para defender esa lucha. Al final veremos que las guerras no conducen a nada. Están llenas de pretextos para llevarse a cabo, de beneficios personales para quienes las declaran y/o ganan. Más allá de las muertes de militares y/o civiles están los intereses de unos pocos, intereses económicos y políticos. Con lo fácil que sería evitar una guerra, o eso nos creemos, porque desde el punto de vista de los dirigentes, es necesaria. Claro, ellos no van al campo de batalla a dejarse la vida, pero luego bien que sacan tajada del asunto. En fin, me gusta que en la novela se plantee el tema de la lucha y la guerra constantemente. Te hace pensar en cómo es el ser humano, cómo desde el principio de los tiempos estableció su poder por encima de las bestias, dominándolas y sometiéndolas; cómo el instinto asesino es lo primero que adquirimos en la Prehistoria. Por otro lado está la visión de un niño al que han convertido en soldado a una temprana edad. Sus reflexiones son muy grandes, de verdad. Ender es quien nos cuenta de primera mano cómo se siente ante la guerra, como se siente un asesino y cómo su vida cambia para siempre. He creído entrever en esta obra esa pérdida de la inocencia que se refleja en novelas como El señor de las moscas, esa niñez robada.

En fin, quizá no entendáis nada de nada en este post, razón de más para ponerse a leer El juego de Ender. Merece la pena darle una oportunidad. Poco más puedo contaros. Espero que si me hacéis caso luego vengáis a contarme vuestras impresiones.

Por cierto, un último apunte. Van a hacer una película del libro. La verdad es que no sé cómo van a hacerla porque el libro es complejo y conduce a la reflexión, no es acción porque sí. Además, leo que la han planteado como la nueva saga (hay más libros) adolescente.... miedo me da... Si la veo, ya os comentaré qué me parece.

lunes, 4 de marzo de 2013

Tres días en Maynooth

Volvimos en silencio durante todo el trayecto de autobus. Nos íbamos del aeropuerto a casa. Estábamos solas, tristes por lo que se iba y por lo que vendría en unos días. Esos pensamientos se disiparon cuando llegamos a la parada de Maynooth y bajamos del vehículo. Había que despedir los pocos días que nos quedaban por todo lo alto, nos lo merecíamos, se lo debíamos a todas las personas que ya no estaban. Y vaya si aprovechamos bien el tiempo. Juntas.

No recuerdo bien cuántos días pasaron exactamente, creo que tres; ni cómo se sucedieron las cosas, pero sí recuerdo y con gran aprecio varios momentos especiales. Recuerdo aquella mañana en la que despertamos con todo el césped cubierto de hielo. Los primeros rayos de sol se encargaron de deshacer rápidamente aquella blancura, pero fuimos testigos de ello durante un instante. Me llamó la atención que sucediera aquello precisamente en esos días, no había pasado nunca antes, ni pasó tampoco después cuando regresé semanas después. Fue mágico y bonito. También recuerdo aquella comida en Supermacs. Nos pusimos las botas, un día era un día. Hablamos de cuidar la línea, en cierto sentido nos sentíamos culpables por el atracón, pero ¡qué bueno estaba todo! Hablamos de animales, de perros, y todo porque había una paloma junto a la ventana de nuestra mesa, una ventana que nos mostraba una nueva perspectiva de esa calle por la que habíamos paseado casi todos los días. Era la primera vez que veíamos el pueblo desde la planta superior de un edificio. Recuerdo también esa excursión improvisada a Phoenix Park. Tres meses allí y nunca habíamos ido. ¡Fue legendaria! Caminamos y caminamos durante horas, nos perdimos buscando los ciervos, preguntamos a un señor con prismáticos, nos metimos por toda la maleza, nos tendimos sobre la hierba mojada para hacer fotos... Nos salió un día estupendo, soleado, tuvimos mucha suerte. Volví otras veces al parque, pero ninguna superó a aquella primera vez.

Han pasado más de 5 años desde aquellos días. Echando ahora la vista atrás, hemos dejado otros muchos momentos: las quedadas en los conciertos de la Gaga, la estampida porque los Varry Brava empiezan a tocar en el SOS 4.8, las tapas del Fraskito, las imitaciones de Estela Reynolds cuyo broche de oro es ese momento en el que bajas las escaleras como ella y te cuelas en un salón con una chica que se queda flipando al verte, el "todo va a salir conforme al plan que diseñéeeee" que sólo tú sabes hacer, el "¿cómo dise? piehhhs" con el que me parto de risa, el regreso a Maynooth años después, la despedida del 2010 todos cogidos de la mano en ¡el Roost!, tú canción de Freixenet (aun tengo pesadillas)... Son más escasas las veces que nos hemos visto tras el Erasmus, aunque ya ves que esas ocasiones nos han regalado momentazos como los citados arriba. Pero no he empezado este post con el relato de aquellos 3 días en los que estuvimos solas en Maynooth por casualidad. Creo sinceramente que nuestra amistad se afianzó en ese momento, que descubrí a una nueva Alessia. Sí, estabas un tanto triste porque todo se acababa, pero yo también lo estaba, así que en ese sentido la balanza se equilibraba. Pasamos unos bonitos días hablando, paseando, conociéndonos un poco más. No sé si tendrás la misma sensación que yo, pero así lo siento y así te lo cuento. ¡Qué días más geniales fueron! Me alegro de haberte conocido, eres todo un personaje :)

Sé que te encanta recordar el pasado, que cada cierto tiempo te gusta rememorar días en los que lo pasábamos en grande con todas las demás personas, que te encanta ver vídeos de hace mil e incluso lloras con ellos. Tú mejor que nadie entiendes que hay que atesorar los buenos momentos. Ejerces conmigo de guardiana de esos grandes recuerdos. Por eso te regalo un soplo de unos días muy bonitos. Espero que te guste. Era eso o cantarte una canción, pero no sé cantar y no quiero que llueva más, jajaja.

En fin, espero que esté siendo un gran día. ¡Felicidades y a disfrutar! :)

Los 7 pecados capitales de la lectura

Este es un post de libros, aunque algo diferente. Se trata de un tag propuesto por el blog La mesilla de noche (y que yo he descubierto gracias a este otro blog, Sombras y Espejos) en el que hay que contestar a las siguientes preguntas: 


1. Avaricia: ¿Cuál es tu libro más caro y el más barato? 
2. Ira: ¿Con cuál autor tienes una relación de Amor-odio? 
3. Gula: ¿Qué libro te devoras una vez tras otra?
4. Pereza: ¿Qué libro no has leído por flojera?
5. Orgullo: ¿De qué libro hablas para sonar intelectual? 
6. Lujuria: ¿Qué encuentras atractivo en los personajes femeninos o masculinos?
7. Envidia: ¿Qué libro te gustaría recibir como regalo? 

Así que allá voy a responder y contaros cuáles son mis propios pecados capitales en cuanto a libros se refiere

1.Avaricia: ¿Cuál es tu libro más caro y el más barato?

Sinceramente, no sé cuál es el más caro. Soy de comprar los libros en su edición de bolsillo porque es más barata, ocupa menos espacio y pesa menos (y los libros de bolsillo de UK todavía son más ligeros si cabe). Las ediciones que no son de bolsillo, como las de tapa dura, serían las más caras que tendría (más de 20 euros), porque no recuerdo ahora ningún otro libro por el que me haya dejado de 30 euros para arriba. Así que, uno de esos libros caros que tengo es 19Q4 de Haruki Murakami. Fueron 26 eurazos... casi nada! Pero recuerdo cómo, cuándo, dónde y por qué lo compré.

Veréis, era el curso 2010-2011. Me llamaron de la bolsa de trabajo para trabajar en Valencia. Me tocó una plaza en un pueblo cercano a la ciudad de Valencia. Estaba sola y un poco asustada, pues casi no tenía experiencia como profe, era la segunda vez que me llamaban, y estaba muy lejos de casa. Menos mal que aquello fue cosa de una semana, pero qué semana. Tuve que hospedarme en un hostal cutre durante esos días y como me pasaba las tardes sola, decidí comprarme el libro. Acababa de salir a la venta y no había aun edición de bolsillo. Estaba trabajando, así que podía permitirme pagar esos 26 euros, aunque doler, dolían. Estuve leyéndolo, sí, pero no lo llegué a acabar nunca. Me amenizó esas noches que pasé más asustada y triste que nunca. 

En cuanto al más barato, a pesar de que suelo comprar a menudo clásicos de la literatura inglesa por 3'50 euros (¡Bendito Penguin Classics!), el libro que conseguí por menos fue El color de la Magia de Terry Pratchet, por 1'95 euros. Es el primero de la saga de Mundodisco y tenía mucha curiosidad. Eso sí, todavía no lo he leído.... me merezco dos o tres collejas.

2. Ira: ¿Con cuál autor tienes una relación de Amor-odio?

 No puedo hablar de "relación" propiamente dicha porque baso mi amor-odio en tan sólo uno de sus libros, no en la sensación que me produce su obra entera. Pero tanto dije en su día de este libro, que creo que es una buena respuesta a esta pregunta. Me estoy refiriendo a Frank Herbert y su saga Dune (en realidad el primer y único libro de la misma que he leído). Todos mis argumentos podéis leerlos en este post que escribí el año pasado sobre el libro

 3. Gula: ¿Qué libro te devoras una vez tras otra?

Todos los de la saga de Harry Potter. Nunca me canso de releerlos. Y siempre desde el principio, empezando por la Piedra Filosofal. Ya he perdido la cuenta de las veces que los he leído, pero mínimo 4 veces toda la saga.

  4. Pereza: ¿Qué libro no has leído por flojera?

El Ulysses de Joyce. Prometo que algún día lo leeré, pero tengo que encontrar el momento adecuado. Empecé a leerlo hace un par de años y me quedé en las primeras páginas, no tenía la mente despejada para seguir la lectura.

 5. Orgullo: ¿De qué libro hablas para sonar intelectual?

Aquí no voy a hablar de un libro, sino de tres que creo que van juntitos de la mano: 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley y Farenheit 451 de Ray Bradbury. Este último no terminé de leerlo, pero me estaba pareciendo super interesante. Creo que no hace falta que os diga por qué hablar sobre estos libros te hace sonar intelectual. Si alguien no me entiende es que no se los ha leido.

6. Lujuria: ¿Qué encuentras atractivo en los personajes femeninos o masculinos?

 Su astucia e inteligencia para saber cómo actuar en cada momento, resolviendo siempre las situaciones de manera favorable y beneficiosa y dando la impresión de que lo tienen todo bajo control. Por ejemplo, me encanta la seguridad que transmiten personajes como Arya, Tyrion o Daenerys en la saga de Canción de Hielo y Fuego. Por algo son mis personajes favoritos de la saga.

 7. Envidia: ¿Qué libro te gustaría recibir como regalo? 

La verdad es que el mejor libro que se me puede regalar es uno que le guste a la persona que me lo regala. Es decir, que sea un libro que a esa persona le ha gustado tanto que quiera que yo sienta lo mismo con su lectura. Yo lo hago. La mayoría de las veces que regalo un libro es porque lo he leído, me ha encantado y quiero que esa persona lo lea y disfrute tanto como yo. Para libros que quiera leer ya estoy yo para comprarlos o sacarlos de la biblioteca, jajaja. 


 Y hasta aquí el tag. Esos son mis pecados. ¿Cuáles son los vuestros? Podéis contárnelos en los comentarios.